Los cumpleaños son el mayor foco de propagación del covid-19 según estudio de Harvard

Los cumpleaños son el mayor foco de propagación del covid-19 según estudio de Harvard

 En el pico de la pandemia, lo que más nos preocupaba era contagiarnos el virus de algún desconocido. Pero un nuevo estudio de lo que ocurría en los días posteriores a los cumpleaños de la gente parece sugerir que la principal fuente de propagación  del covid-19 son las personas en las que más confiamos.

Para los investigadores es mucho más difícil medir el impacto de las reuniones privadas que de los encuentros públicos. Al fin y al cabo, son privadas. Y hace meses que hay un feroz debate entre los epidemiólogos sobre hasta qué punto las reuniones privadas influyen en la transmisión persona a persona del coronavirus.

Los cumpleaños: foco de propagación del covid-19

Pero un equipo de investigadores de Harvard desarrolló un método muy creativo para detectar los efectos de esos pequeños encuentros sociales; usando los registros de los seguros de salud, analizaron la incidencia del covid-19 en las familias, dos semanas después de la fecha de cumpleaños de alguno de sus miembros.

El informe de los investigadores fue publicado en la revista Jama Internal Medicine-; y en líneas generales revela que en los países donde la circulación del virus era generalizada, el riesgo de desarrollar covid-19 en los días posteriores a la fecha de cumpleaños de un integrante del grupo familiar era 30% mayor.

La teoría de los científicos es que ese aumento del riesgo de contagio se explica, casi con certeza, por las fiestas de cumpleaños. Aunque los registros de los seguros de salud no revelan si algunos de los pacientes con covid-19 efectivamente celebraron o asistieron a un festejo de cumpleaños, hay varios aspectos de los datos que indican fuertemente una conexión entre ambos hechos.

Otros días era diferente el patrón

Para empezar, cuando los investigadores analizaron los otros días del año, asignando fechas de cumpleaños inventadas en vez de fechas reales, o cuando analizaron los contagios en las semanas previas a los cumpleaños, no encontraron el mismo patrón. Pero hay algo tal vez más significativo todavía: descubrieron una mayor incidencia de contagios en las semanas posteriores a los cumpleaños infantiles.

“La verdad que mi esposa y yo no veíamos la necesidad de hacer reuniones a puertas cerradas para nuestros cumpleaños”; dice Anupam Jena, profesor de políticas sanitarias de la Escuela de Medicina de Harvard y uno de los coautores del informe.

Cumpleaños infantiles

Jena agrega que la idea para este estudio se le ocurrió a partir del cumpleaños de su propia hija. “Para nuestros chicos era más difícil de aceptar”.

Un festejo de cumpleaños obviamente suele implicar el apiñamiento de personas en un espacio reducido; por ejemplo, para observar de cerca cómo el cumpleañero sopla las velas de la torta.

El estudio analiza datos del año pasado, cuando el covid-19 estaba mucho más extendido y casi no había estadounidenses vacunados. Pero sus conclusiones son relevantes para quienes no están vacunados en la actualidad; un grupo que incluye a todos los niños menores de 12 años. Y puede ser más relevante todavía si consideramos el avance de la supercontagiosa variante delta.

Comportamiento dentro del hogar

Muchos debates políticos sobre la gestión de la pandemia se centran en qué hacer con los espacios públicos; por ejemplo, si se debe permitir la apertura de los salones interiores de los restaurantes o si el uso de mascarillas debe ser obligatorio.

Pero la realidad es que para los funcionarios públicos es mucho más difícil vigilar el comportamiento de las personas en el hogar. Y también tienen problemas para medir el impacto de esos comportamientos privados.

K.J. Seung, jefe de estrategias y políticas de respuesta al covid-19 de Partners in Health (una ONG que colaboró con la implementación del sistema de rastreo de contactos en Massachusetts), dice que a los rastreadores de contactos les cuesta mucho demostrar con certeza que las personas contraían el virus en pequeñas reuniones privadas.

Las instancias públicas de exposición al virus, como el trabajo en una fábrica o una boda, han sido más fáciles de rastrear. Ya sea por vergüenza o por olvido, las personas no solían revelar que habían invitado a un primo a cenar o que habían llevado en auto a un compañero de trabajo hasta su casa. Y si lo hacían, se mostraban reacios a dar nombres.

“Las pequeñas reuniones sociales son las más difíciles de rastrear. Sin embargo, cuando hablamos con los rastreadores de contactos de todo el país, todos concuerdan: Efectivamente, la gente se contagia en estos pequeños encuentros”, dice Seung.

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